sábado, 29 de febrero de 2020

Guía de productividad ¿Tú eres de los que intentan o de los que hacen?



En los años 60 el psicólogo Walter Mischel creó un experimento que saltó a la fama con un nombre muy marketiniano: "el test de los marshmallows", o sea, las nubes o algodoncitos de azúcar.

Su objetivo era descubrir cómo y cuándo los seres humanos desarrollamos nuestro autocontrol y qué importancia podría tener esto en la productividad y el éxito personales.

El estudio era sencillo: se sienta un niño a una mesa y se le presenta un marshmallow en un plato; el adulto que conduce el experimento le dice que saldrá de la habitación para hacer algo, que volverá en 15 minutos  y que si, al volver, el mashmallow sigue en el plato, le dará una segunda golosina.

Si te interesa ver las caras de los niños en una versión más moderna del experimento no te puedes perder este video.



¿Qué tienen que ver las golosinas con "intentar" y con "hacer"?


Pues tienen que ver todo porque en esta prueba sólo 1/3 de los niños consiguió aguantar hasta que volvía el adulto: es decir, 1/3 de los niños llevó a cabo acciones de autocontrol mientras que el resto sólo lo intentó.

No es lo mismo afirmar que "intentarás hacer algo" que "hacerlo" y esta distinción tiene efectos en la productividad de las personas. En algunas conversaciones de coaching esta distinción aparece con la finalidad de trabajar el nivel de compromiso del coachee con lo que afirma que hará.

Veamos algunos ejemplos:

  • Intentaré comunicar de forma más asertiva vs Comunicaré de forma más asertiva
  • Intentaré refrenar mi malhumor vs Refrenaré mi malhumor
  • Intentaré planificar un 25% de mi agenda vs Planificaré un 25% de mi agenda

No es lo mismo, ¿verdad?
En las frases de la izquierda la persona se propone hacer algo, se dispone a hacer algo, se predispone a hacer algo... pero no lo hace y, por tanto, no provoca los efectos de esa acción. La consecuencia es -de forma correlativa- que sigue comunicando de forma poco asertiva, que sigue mostrando su malhumor y que planifica menos del 25% de su agenda.

En las frases de la derecha la persona abre nuevas opciones con su acción y su compromiso:
  • se comunica diferente y eso provoca cambios en su entorno
  • genera un entorno de menor agresividad al regular su malhumor
  • toma mayor control de su tiempo

Tienes ante ti dos caminos que llevan a lugares diferentes: el de la izquierda, a la comodidad; el de la derecha, al éxito si perserveras en la acción.



¿Usas escudo o participas de forma decidida en la batalla?

El verbo "intentar" nos permite poner excusas que empiezan por "es que":
  • es que la gente que me rodea me provoca
  • es que no es fácil comportarse diferente
  • es que la gente que me rodea me saca de mis casillas
  • es que hay cosas que no se pueden tolerar
  • es que la gente que me rodea me interrumpe todo el rato
  • es que en mi trabajo nadie planifica

Los maestros del "es que" se escudan en él cuando intentan algo y reparten las culpas de no conseguirlo en otras personas, el entorno, la dificultad de la tarea, el momento, etc.: todo vale para defender su falta de compromiso.

Los guerreros del "hacer" se sienten responsables y llevan a cabo sus compromisos... lo harán mejor o peor, a medias o totalmente, pero lo hacen y al hacerlo aprenden y perfeccionan sus recursos generando nuevas versiones de si mism@s.

En la batalla del día a día por conseguir tus objetivos y acercarte un poquito más a aquello que tú consideras la felicidad el éxito, tienes dos opciones:
  • comprométete contigo, tu entorno, tu trabajo, tus clientes o con lo que quieras que pueda servirte para ponerte en acción
  • o sigue dándote excusas y protégete de tu propio éxito

Tú escoges.


...

Si te gustó este artículo y quieres saber más sobre cómo pasar del "intentar" al "hacer" envía un mail a avalero@successmind.es y compartiremos aprendizajes.

¡Gracias por haberme dedicado tu tiempo!